
Cada año se producen un millón de terremotos en el mundo. De media, unos dos por minuto. Un terremoto, según sea su magnitud, profundidad, localización y cercanía con una zona poblada, puede causar numerosas víctimas mortales y daños materiales. Si se carece de la preparación adecuada para afrontarlo, los daños personas y materiales pueden ser cuantiosos.
Durante y después de un terremoto es cuando se producen más heridos y problemas relacionados con la salud. Vamos a explicar las heridas, lesiones y consecuencias en la salud más habituales que se producen como consecuencia de un terremoto y lo que puedes hacer en estos casos.
En la mayoría de los terremotos, la energía del movimiento sísmico puede derrumbar edificios y casas, y dañar carreteras, entre otros. Muchas de las víctimas mueren por aplastamiento, por la caída de elementos o durante un derrumbe. Algunas son rescatadas de entre los escombros, pero han sufrido algún daño por aplastamiento.
Por desgracia, días más tarde también mueren algunas personas por culpa de una deshidratación, por hipotermia , hipertermia, el síndrome de aplastamiento o por una infección de sus heridas. Por lo tanto, resulta crucial mantenerse bien hidratado/a después de sufrir un terremoto, así como mantener la temperatura corporal y curar cualquier herida, por leve que sea.
Primeros auxilios
Disponer de un kit de primeros auxilios en el hogar y en el coche puede resultar útil para poder proporcionar los primeros auxilios durante una emergencia hasta que llegue la asistencia médica.
Y es que, aunque en un principio una herida no parezca grave, cualquier herida que se produzca durante un terremoto tiene más posibilidades de infectarse debido al polvo que hay en el ambiente o la proliferación de bacterias. Por ello, es importante tratarla y, sobre todo, desinfectarla.
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Estas son las consecuencias en la salud más comunes tras un terremoto: heridas por la caída de objetos, laceraciones, cortes, y fracturas, así como ataques cardíacos.
Atender pequeños cortes y arañazos
Un arañazo suele ser una herida menor, fácilmente tratable. Con limpiarla bien y desinfectarla, podría ser más que suficiente.
Los cortes ya son otro tema. Una herida abierta expone el tejido interno al medio externo. Lo lógico es acudir a un médico si te haces algún corte profundo que sangre bastante o que se infecte. Si es leve, es posible que puedas solucionarlo sin tener que acudir a un especialista médico.
Si la herida está cerrada, habrá sangrado bajo la superficie de la piel. Por ejemplo, cuando aparece un moratón. Pero, si la herida está abierta, hay que tomar otras precauciones, según el tipo de herida.
Abrasiones (arañazos). Sucede cuando se roza la piel o se desliza contra alguna superficie áspera. Desinfecta la herida y elimina cualquier posible residuo para evitar infecciones.
Laceraciones. Se trata de una herida abierta profunda o un desgarro de la piel. Suelen producirse por incidentes o accidentes con maquinaria, cuchillos u otras herramientas o elementos afilados. Pueden causar bastante sangrado.
Punción. La herida punzante presenta un pequeño orificio en el tejido blanco, pero puede sangrar bastante. Las profundas incluso pueden dañar los músculos o los nervios y posiblemente necesiten puntos.
¿Cómo actuar en caso de un corte o arañazo?
Siempre que vayas a tocar alguna herida, lávate las manos con agua y jabón neutro o al menos con agua.
Presiona la herida para detener el sangrado.
Limpia la herida con agua limpia o con agua y jabón neutro. No frotes. Hazlo suavemente y, si es posible, procura retirar cualquier objeto que haya en la herida, con sumo cuidado. No hace falta usar yodo o alcohol para limpiar cortes o arañazos leves, ya que podrían irritar la herida. Con usar agua fresca y limpia suele ser suficiente.
Administra alguna pomada antibiótica.
Cubre la zona con un esparadrapo o con un vendaje limpio.
Revisa la herida cada 24 horas. Cambia el vendaje o esparadrapo al menos una vez cada día o cuando se moje.
Los cortes leves deberían curarse en una semana aproximadamente. Si ves que es grande, tarda más en curar, sangra o se ha infectado, acude a un médico de inmediato.
¿Cuándo acudir a un médico?
Para heridas que no sean leves, acude a un médico en cuanto sea posible. Especialmente, si la herida es en la cara, es profunda, no puedes retirar la suciedad o los objetos incrustados en ella, crees que pueda ser necesario aplicar puntos, sientes la zona como si estuviera dormida o si aparecen síntomas de infección como pueden ser: dolor, inflamación o hinchazón, mal olor, fiebre, calor, enrojecimiento y pus.
Si la herida es profunda o si se ha hecho con un metal, si no te has puesto la inyección del tétanos en los últimos 5 años, deberías ponértela.
Otras alternativas
Si sufres algún corte o arañazo leve durante el transcurso de una catástrofe de grandes proporciones y resulta imposible recibir asistencia médica, estas recomendaciones anteriores pueden ser de gran utilidad, pero también existen otras opciones alternativas que podrías aplicar en estos casos, como son:
Ajo.
Miel.
Sin olvidar el aloe vera, cuyas propiedades podrían ir mucho más allá de lo que conocemos. Pero, de este tema ya hablaremos en otra ocasión.
Diarrea
La fala de acceso a agua potable, la contaminación del agua y la falta de higiene, pueden provocar diversos problemas de salud, entre ellos, diarrea.
Lávate las manos a conciencia después de haber estado en contacto con aguas residuales, así como antes de comer.
Desinfecta cualquier superficie u objeto antes de su uso, esto incluye juguetes, cubiertos, chupetes, etc.
Nunca nades ni te adentres en zonas inundadas. No ves por dónde avanzas y podrías sufrir alguna herida o lesión. Según dónde se haya producido esta inundación, podría haber animales peligrosos en el agua.
¿Cómo actuar en caso de un traumatismo o fractura de hueso?
A ser posible, evita mover a la persona, ya que podrías empeorar su lesión.
Mientras llega la asistencia médica:
Lávate las manos con agua o con agua y jabón.
Aplica presión en la herida para evitar el sangrado (utiliza un vendaje o ropa limpia).
Inmoviliza la zona. No intentes realinear el hueso que se haya fracturado. Puedes aplicar una férula en el área por encima y por debajo del lugar lesionado. Rellenar la férula puede ayudar a aliviar el dolor y la incomodidad.
Para disminuir la inflamación y el dolor, aplica una bolsa de hielo sobre la lesión. Nunca de forma directa, sino sobre alguna prenda.
Si fuera necesario, puede tomar un analgésico y/o antiinflamatorio.
Verifica si hay algún síntoma de shock. Es decir, respiración agitada, con inspiraciones rápidas, sensación de mareo… En este caso, pon sus piernas un poco elevadas.
Traumatismos craneales.
Si alguien sufre una herida en la cabeza, busca atención médica de inmediato, pero mientras llegan los servicios médicos:
Traslada a la víctima a un lugar seguro.
Monitorea su respiración y latidos.
Mantenlo hidratado y caliente.
Eleva las piernas ligeramente por si hay algo de shock.
Normalmente debería volver a sentirse alerta. Si no mejora o empeora, llévalo a Urgencias de inmediato.
¿Cuándo acudir a un médico?
Un traumatismo o fractura de hueso es una lesión seria. Es necesario acudir al médico, siempre, tras recibir los primeros auxilios o nada más producirse.
Quemaduras, polvo e inhalación de humos
Debido a los incendios que suelen producirse tras un terremoto, no es de extrañar sufrir algún tipo de quemadura o intoxicación por inhalación de humos.
Los edificios colapsados generan una gran cantidad de polvo que resulta letal al bloquear el paso del aire a los pulmones. Un edema pulmonar por inhalación de polvo puede ser letal. Además, también puede causar irritación en los ojos y el conducto respiratorio. Lo idóneo en estos casos es protegerse nariz, boca y ojos.
Tanto la intoxicación por inhalación de humos, como el edema pulmonar han de ser evaluados y tratados de inmediato por un médico.
Las olas de calor y los temidos golpes de calor
Una de las consecuencias más habituales que suelen producirse ante una exposición a altas temperaturas o al sol es un golpe de calor. Los golpes de calor pueden llegar a ser mortales. Te invitamos a informarte sobre cómo prepararte para una ola de calor y a aprender a actuar en caso de un golpe de calor, con la lectura de nuestro artículo: “Prepárate para afrontar una ola de calor”.
Próximamente te hablaremos sobre las heridas más comunes que se producen durante los incendios forestales, así como los primeros auxilios que puedes aplicar.